EL E-MAIL Y EL FENOMENO DE LA COMUNICACIÓN INSTANTÁNEA

El correo electrónico fue inventado por Ray Tomlimson en 1971, pero la fama del arroba en la Argentina llegó en la década del 90 cuando su uso se extendió en el ámbito laboral y privado - Hoy es una herramienta de trabajo más y la primera que se consulta al iniciar la jornada.
Lejos quedó la época en que las cartas traían las noticias "frescas" del hijo que cruzó el océano para probar suerte en el viejo continente, de la amiga que decidió perfeccionarse en el exterior o de ese familiar que vive en el campo y rara vez visitamos.

Hoy el cartero ya no trae buenas noticias, sólo obligaciones "ensobradas". La factura de la luz, la cuenta del teléfono, el impuesto inmobiliario y el consumo de gas son las únicas "cartas" que abultan los buzones.
La legendaria comunicación epistolar quedó rezagada frente a la irrupción del correo electrónico. Las últimas cifras de la Comisión Nacional de Comunicaciones (CNC) revelan que en el 2004 se enviaron 182 millones de cartas simples; mientras que en el 97 se habían estampillado 300 millones. Es decir, en siete años la circulación cayó un 40 % en esta rama del correo postal asociada con la comunicación de índole personal.

El correlato de esta disminución en el correo postal puede leerse como una consecuencia del incremento de usuarios de e-mail. Se calcula que a fines del 2004 el número de cuentas de e-mails había crecido en un 40 % en relación a diciembre del 2003.

La cantidad de mensajes que se transfieren en cuestión de segundos a personas que están a miles de kilómetros o tan sólo a unos pasos de nuestro escritorio, es incomensurable. Basta tener en cuenta que por la red de un gran proveedor de Internet pueden circular por hora cerca de dos millones de e-mail. Estos correos son enviados por algunos de los 7 millones de argentinos que son usuarios frecuentes de este medio de comunicación.

Impacto cultural

Los números son datos interesantes para medir el impacto en términos de cantidad, pero nada dicen sobre los cambios culturales que se generan con la aparición de las nuevas tecnologías.
El e-mail, sin duda, significó una revolución a comienzos de los noventa. Toda una generación acostumbrada a escribir cartas de puño y letra a sus afectos y a levantar el teléfono para concertar reuniones de negocios, comenzó a asomarse tímidamente al mundo del correo electrónico. En pocos años, el chequeo de la bandeja de entrada del Outlook Express y de los webmails pasó a ser parte (y comienzo) de la rutina.

"Empecé a utilizarlo a partir de la década del 90 y noté que agilizó y mejoró notablemente mis tareas. Antes, en mi trabajo, para comunicar las novedades en forma masiva debía fijar papeles en transparentes, puertas, interiores de ascensores y lugares de gran concurrencia. También recurría al teléfono o al fax, y dependía de sucesivas `cadenas voluntarias" de distribución de la información", comentó Enrique Rabe, quien se desempeña desde 1989 como responsable de Comunicación Social del Ceride.

Según el profesional, el correo electrónico simplificó e hizo más efectiva la difusión de la información al interior de la organización. "Con una lista de distribución y la tecla izquierda del mouse me alcanza para llegar a todos los destinatarios. Ahora, bajo ningún concepto podría prescindir del correo electrónico. Más aun, dependo de él", aseguró.

Patricia Pomiés, docente de la UBA y coordinadora de contenidos dinámicos del Portal Educ.ar, considera que el correo electrónico abrió paso a una nueva forma de comunicarnos en donde la "interacción es mucho más ágil y más periódica".

Pomiés reconoce que el e-mail generó un impacto negativo en los servicios de correo postal y telefonía, pero "no vino a suplantarlos". "El correo electrónico tiene su especificidad y se la ganó por el mismo uso que le confieren los usuarios. Hoy en día difícilmente encuentres personas que no manejen el e-mail ya que está instalado en la sociedad como un modo de comunicación previsto, tanto en el ámbito laboral como social", comentó Pomiés.

Las cifras

En la Argentina, la penetración de la tecnología en los hogares tuvo un crecimiento exponencial en los últimos tiempos. Las cifras del Indec son reveladoras. En junio del 2005, el Centro de Estadísticas y Censos registró un incremento del 19,3 % en los accesos residenciales a la web, 2.099.495 cuentas de I y una tendencia de los usuarios a inclinarse por el servicio banda ancha.

La red de redes ofrece una multiplicidad de opciones: desde búsqueda de información hasta el e-commerce. Sin embargo, el 95 % de los usuarios señala al correo electrónico como la opción que más utilizan de Internet.
La vorágine en la que hoy se vive y la escasez de tiempo convirtieron al correo electrónico en uno de los medios de comunicación por excelencia. Aunque algunos especialistas aducen que es una herramienta fría que distancia a las personas, lo cierto es que muy poca gente puede darse el lujo de prescindir de este medio de comunicación que nos mantiene conectados las 24 horas sin demandarnos demasiado tiempo.

¿Tienes un e-mail?

Las distancias se acortan; la información que necesitamos tarda segundos en llegar. Estas son las características salientes de este medio en donde la inmediatez reduce el tiempo a cero. Y es por eso que, "el correo electrónico tiene el reinado de los medios de comunicación hoy en día", sostiene Rossana Ingaramo, docente de la cátedra de Tecnología Educativa de la Facultad de Humanidades de la UNL.

Los usos del correo electrónico son variados. Es útil a la hora de buscar empleo ya que en unos minutos y por muy bajo costo es posible distribuir decenas de curriculum vitae, permite enviar grandes archivos con documentación adjunta y coordinar actividades con pares y jefes en el ámbito laboral.
En materia educativa, el e-mail instauró una nueva metodología de trabajo más personalizada y dinámica. "Si miramos las prácticas de enseñanza de los docentes y los modos de aprendizaje de los alumnos, el e-mail se inserta para favorecer el intercambio y el trabajo colaborativo entre los compañeros y con los docentes. Por e-mail circulan los trabajos de los chicos en documentos adjuntos y eso actúa en favor de la intervención constante del profesor en el proceso de producción. Esto antes sólo podía suceder cuando el docente hacía clases de consultas presenciales o tutorías", sostuvo Ingaramo.

Para Julieta, una santafesina que cursa un máster de periodismo en Italia, "el hecho de realizar un informe, enviarlo vía e-mail al docente y a los pocos días tenerlo de regreso en tu computadora ya corregido, te permite acelerar los tiempos de estudio. Además reduce las distancias entre alumnos y profesores porque posibilita una comunicación más fluida y personal".

No hay comentarios: