Sintonía fina y las trabas a importaciones



POR: JUAN IGNACIO ROBBA
  21 MAYO, 2012PUBLICADO EN: ANÁLISIS POLÍTICONOTAS DESTACADAS
Todas las operaciones comerciales de un país son registradas anualmente en la balanza de pagos. El objetivo es tener un control minucioso de cuánto dinero ingresa y cuánto dinero sale, a partir de los diversos movimientos de divisas que se realizan diariamente. Uno de los componentes de esta cuenta es la balanza comercial, que registra la diferencia entre exportaciones e importaciones. Cuando su resultado neto es mayor a cero, se dice que se obtuvo superávit comercial; mientras que si es menor a cero, se trata de un déficit.
A su vez, otro de los factores fundamentales dentro de la balanza de pagos son los capitales que se hallan dentro de la economía nacional, tanto las inversiones como los ahorros. Esto es muy simple. La economía de cada individuo y, por lo tanto su ahorro, se encuentran íntimamente ligados a la confianza que éste tiene por sobre la moneda corriente. En nuestro caso, el peso. Es lógico que, luego de las diversas crisis que la Argentina ha sufrido, la seguridad que brinda el peso sea relativa, lo que significa que la gente prefiere ahorrar en dólares. Siguiendo en esta línea, frente al miedo subyacente de volver al 2001 que a veces sobrevuela por algunos medios, los ahorros son sacados de los bancos. Esto es lo que se llama corrida bancaria. Como ya se mencionó, la economía está ligada a la confianza, por lo tanto si se empieza a instalar la idea que va a existir algún tipo de problema en relación a los depósitos bancarios –por ejemplo la insolvencia-, la gente opta por retirarlos y ponerlos en otro lugar, con mayor “seguridad jurídica” o “seguridad económica”, según guste.
Por otra parte, frente a la incertidumbre que se instala sobre una economía nacional, las inversiones pueden disminuir considerablemente. De allí se extrae el concepto de “fuga de capitales”, que implica la retirada masiva de moneda por parte de inversores extranjeros, lo que también influye directamente sobre la balanza de pagos. Entonces, para impedir que se produzca una fuga de capitales, es necesario mantener un nivel creciente de exportaciones.
Sin embargo, el mundo se encuentra en una crisis profunda, determinada por la recesión europea. Esto hace que las exportaciones no crezcan en la misma medida que lo hacen las importaciones de un país que crece a tasas altas como Argentina, por lo que el margen de la balanza comercial comienza a achicarse. “Lo que pasa es que, siempre en el mundo “desarrollado”, enarbolando la bandera del librecomercio, se trató de manejar esto en perjuicio de los más chicos. Hoy, el mundo cambió y los países más chicos se plantan de otra manera”, expresó a Política Argentina Agustín D´Attellis, economista de la agrupación La Gran MaKro y asesor del Ministerio de Economía. Aquí entra el tema de las trabas a las importaciones que, sin lugar a dudas, genera una gran controversia.
Librecomercio vs Proteccionismo:
Una de las cuestiones principales que se pone en juego en relación a este tema es el de la protección de la industria nacional. “Estamos en un contexto de crisis internacional muy grave y muy profunda, donde Europa está al borde del colapso. Esto genera que muchas industrias desarrolladas se estén cayendo. Lo que ellos intentan hacer es lo que se llama “exportar el ajuste”. Esto significa que lo que buscan es tener una salida de sus productos en economías que crecen, como por ejemplo la nuestra. Entonces, corrés el riesgo de que Europa te inunde de productos, a precios muy bajos, con políticas de dumping, es decir que, aunque pierdan plata, van a inundar de productos igual, con tal de reactivar sus economías por el lado del sector externo”, afirmó D´Attellis. El planteo se centra en que si estos países que se encuentran en recesión, buscan vender sus productos a precios más bajos, perjudicarán severamente a las industrias y empresas nacionales, que no podrán competir con aquellos valores. La reforma de la Carta Orgánica del Banco Central tiene que ver con esto, ya que se busca redireccionar créditos por parte de los bancos hacia el aparato productivo de las PyMEs, para fomentar su crecimiento y productividad. No obstante, el licenciado y economista jefe de Elypsis, Luciano Cohan, cree que existe otra parte del panorama que no se está contemplando: “Por un lado están aquellas empresas que compiten contra las importaciones que, lógicamente, se ven beneficiadas; pero éstas son solamente un porcentaje del entramado productivo de la industria local. Por otro lado, existe un número muchísimo mayor de firmas que tienen a las importaciones como insumos en su cadena de producción”.
Uno de los pilares de este modelo económico ha sido mantener el superávit comercial, o sea mantener un saldo positivo de ingreso de divisas a la economía. Siguiendo este razonamiento, D´Attellis opina que es necesario que esta medida sea acompañada por otras que fomenten la industria local: “Además de frenar las importaciones como pauta de corto plazo para mantener el saldo, también se llevan adelante políticas de sustitución de importaciones. Se empiezan a identificar cuáles son aquellos productos que hoy están entrando en la economía, que generan esta situación negativa en la balanza comercial, y se busca sustituirlos por bienes de industria local. En algunos casos vas a poder, en otros no. Pero bueno, parte de eso que se llama “sintonía fina”, tiene que ver con trabajar sector por sector del mercado, identificar estos productos y poder suplantarlos”. Un ejemplo es el Plan Argentina 2020, impulsado desde el Ministerio de Economía con el objetivo de fomentar la industria.
No obstante, Cohan cree que la razón de que hoy existan tales trabas a las importaciones es que “el Gobierno ve que están faltando dólares y busca por todos los medios posibles contener el drenaje”.
Metodología:
Ahora bien, ¿cómo hace hoy el gobierno para controlar los bienes que intentan ingresar al país? A través de la utilización de las denominadas Licencias No Automáticas (LNA). Cuando se busca importar algún producto, existen una serie de trámites que son automáticos, de modo tal que el bien se autoriza y entra, cumpliendo con las normas pertinentes. “Lo de las Licencias No Automáticas hace que, además de presentar los papeles, haya que pedir un permiso extra para entrar ese producto. El trámite es más lento, ya que hay que pedir una autorización y presentar los documentos de manera diferente, de acuerdo a las características de ese bien”, cuenta D´Attellis. El organismo encargado de evaluar la situación puntual de cada producto es la Secretaria de Comercio, que luego decidirá la autorización de su entrada a la economía. Continúa el titular de la Comisión de Comunicación de La Gran MaKro: “Las Licencias No Automáticas, son una medida que está aprobada por la Organización Mundial del Comercio (OMC), no es que estamos haciendo algo como país que está por fuera de las reglamentaciones internacionales. La O.M.C. establece el tema de estas licencias como una política válida de comercio que un país puede llevar adelante. Además, hay muchas economías mundiales que tienen muchísimas más LNA que Argentina, por ejemplo Brasil. Todos los países del mundo, incluso los desarrollados, son súper proteccionistas a la hora de tener que hacerlo, porque les conviene o porque existe algún problema en especial”.
Problemáticas:
Como en todo sistema nuevo que se implementa, existen diversas fallas que deben mejorarse. “Tal como está planteando es absolutamente aleatorio, nadie conoce los criterios a partir de los cuales se aceptan o rechazan productos. Por lo cual, cuando el empresario o el productor toma la decisión de importar, está completamente expuesto a la incertidumbre de no saber si va a poder o no. En ese sentido, veo como falla a la ausencia de reglas conocidas sobre cómo funciona el mecanismo”, expresó Cohan.
En contraposición, para D´Attellis las fallas son meramente administrativas y propias de un método diferente y novedoso: “En algunos casos, el sistema en la práctica termina siendo muy engorroso para los importadores, ya que la estructura de la Secretaria de Comercio no es muy grande, lo que hace que tampoco sea muy fluido el trámite. Entonces, los problemas que hay es que quienes quieren importar se demoran con trámites que se traban, tardan, o se dilatan”. Esto sucedió en una primera etapa cuando estuvo parado por unos días el ingreso de ciertos libros, lo que recibió varias críticas en los medios. “Sin embargo, se solucionó rápidamente y se demostró que no hay ninguna intención de perjudicar a nadie ni de tomar ninguna medida que sea irracional. Cuando se detectó el caso de alguna de esas cuestiones, enseguida se corrigió”.
El apuntado como responsable de tomar estas decisiones es el Secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. “Las trabas a las importaciones están teniendo un impacto sobre la actividad económica. Ya es visible y notorio que la Argentina está pasando por un proceso de recesión clara, que no se ve en el resto de los países de la región”, afirma Cohan. Sin embargo, se ha generado una gran mitificación alrededor del funcionario, en cuanto al supuesto poder que posee y la influencia que tiene sobre el Poder Ejecutivo. Pero las críticas que se le realizan podrán ser en todo caso en cuanto a su falta de diplomacia, no en cuanto a su labor. Los dos economistas concuerdan en que la política de recaudación ha logrado ciertos frutos. “Nosotros estimamos que Moreno, a través de ciertos mecanismos, ahorró en el último semestre, entre 2.000 y 3.000 millones de dólares. Con lo cual, al menos desde ese punto de vista, fue bastante exitoso”, cuenta Cohan.
Por último, es evidente que la medida debe perfeccionarse, en pos de tanto beneficiar a los productores locales, como de mantener la balanza comercial con superávit. “Como dije, existen ciertos problemas, pero está demostrada la intención de solucionarlos y no generarle ninguna traba a nadie; sino de manejar una situación macroeconómica. Esta política hay que profundizarla y dinamizarla también en el largo plazo, y no quedarse en la chiquita de si entra un libro o no, que son temas que se van solucionando día a día”, concluye D´Attellis.

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